
NUESTROS SACOS INTELIGENTES TAMBIÉN MIDEN LAS FLUCTUACIONES DE TEMPERATURA
Muchas patatas de siembra pueden pasar semanas en tránsito hasta llegar a clientes de todo el mundo, lo que a veces implica transbordos entre camiones, trenes y barcos. Sería fantástico poder conocer las condiciones durante el transporte si parte de la mercancía estuviera equipada con un microsensor para medir la temperatura. Por eso aguardamos con interés el proyecto piloto de sacos inteligentes.
Se trata de la continuación de un ensayo con ochenta sacos inteligentes que se entregaron en España el año pasado. En una edición anterior de nuestra revista Ruggespraak, ya explicamos cómo estos sacos grandes estaban provistos de una etiqueta y un chip que los compradores pueden leer con sus teléfonos inteligentes para acceder a consejos de cultivo en su propio idioma. Debido a su éxito, el ensayo se amplió a finales del año pasado. «Para saber si la descarga de información sobre variedades funciona bien en todos los países, esta temporada hemos enviado 1 100 sacos inteligentes a Bulgaria, Francia, Italia, Portugal, Serbia, España y Turquía», explica el especialista en mercadotecnia Hans Langedijk.
Sensor de temperatura
La novedad de este proyecto piloto es que cien de los sacos llevan también una etiqueta inteligente que contiene un sensor de temperatura. Cuando los lotes están en tránsito, las fluctuaciones de temperatura pueden afectar a la calidad de las patatas. HZPC quiere conocer las condiciones durante el transporte para poder seguir e investigar cualquier queja posterior respecto a las patatas de siembra. Tras el primer ensayo de estos sacos, un desarrollador llamó a Niels Postma, de Tapp.online, para preguntarle si sería posible integrar un sensor de temperatura en las etiquetas inteligentes. Postma se puso manos a la obra y descubrió cómo añadir un microsensor en el papel, junto con el chip NFC (comunicación de campo próximo) con el que medir las temperaturas.

Enlace a la plataforma de datos
«Las etiquetas inteligentes con función de descarga, que se utilizaron durante el primer ensayo, funcionan sin necesidad de alimentación eléctrica —explica Postma—. La información solo se puede leer cuando se aproxima un teléfono inteligente al campo magnético del chip NFC. Ahora vamos un paso más allá al integrar un microsensor. Tiene unas minúsculas baterías impresas en el papel que generan pequeñas sobrecargas de energía de vez en cuando. Después, se comprueba la temperatura y se guarda en un intervalo predefinido. Los datos generados pueden visualizarse a través de una plataforma compatible. HZPC puede consultar el mapa digital para saber con precisión dónde se encuentran los sacos, ver cualquier fluctuación de temperatura y comprobar si el cliente ha accedido a los consejos de cultivo con su teléfono inteligente».
Producto circular
Las entregas de los sacos inteligentes del proyecto piloto comenzaron en diciembre y proseguirán hasta abril; a continuación, se evaluarán los resultados. Langedijk señala: «Invertimos en este proyecto piloto porque queremos compartir nuestros conocimientos especializados a través de los consejos de cultivo y porque deseamos obtener más información sobre las condiciones de transporte. En este piloto, nos centramos en la temperatura, pero, si va bien, también tenemos en mente sensores que midan la humedad atmosférica y el CO2 en el futuro». Según Postma, esto es totalmente factible. Desarrolló las etiquetas de papel inteligentes porque quería proponer algo para combatir los numerosos registradores de datos de plástico: «El papel es un producto sostenible; se puede reciclar con facilidad y prefiero trabajar con papel circular fabricado a partir de residuos agrícolas».
El proyecto piloto de los «sacos inteligentes» es tan innovador que el desarrollador fue invitado a asistir al CES —la mayor feria tecnológica del mundo, que se celebró este año en línea— para explicar su trabajo. Además, nuestros sacos inteligentes también han sido nominados al premio a la innovación de la feria Potato Europe.